Mundo Linóleo
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Día de difuntos

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La técnica cinematográfica del stop motion es hacer una fotografía a cada movimiento de un muñeco para al juntarlas darle vida en la pantalla. Bueno seguro que se puede explicar con mejores palabras, pero para entendernos es más o menos eso. Es antigua, ya se utilizaba en peliculas como Jason y Los Argonautas, pero ha sido Tim Burton en los últimos tiempos quien mejor ha sabido utilizarla para el cine, bien rodeado de un estupendo grupo de animadores. Así hizo dos estupendas películas de este género que son Pesadilla antes de Navidad y La Novia Cadáver.

En la Novia Cadáver el mundo de los muertos es muy cachondo y es incluso más divertido que el frío y gris mundo de los vivos, con estrictas reglas victorianas y azotado por la usura, el qué dirán o el aparentar. Sin embargo el mundo de los muertos es como una liberación, lleno de colorido, un lugar donde los cadáveres beben en el bar, bailan Jazz y donde todos se unen solidariamente unos con otros.

Es una visión optimista de la muerte la de este filme, que entronca con la visión de la cultura mexicana, que recuerda a sus muertos de manera alegre y tal día como hoy se organiza una fiesta de aupa para celebrar que los difuntos vuelven a visitar a sus familiares vivos. Se les prepara aquello que más les gustaba, se les canta. Nada de truculencias, todo son esqueletos simpáticos y la muerte vista como algo natural. En nuestra cultura mediterránea todo lo relacionado con la muerte me parece triste, solemne, plañidero, enlutado y barroco.

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Me gusta esta manera de celebrar el día de difuntos en México. Sin embrago no me gusta para nada la moda que nos ha llegado desde los Estados Unidos de celebrar en bares y discotecas la noche de Halloween.

Hoy hago un brindis con una sonrisa por todos aquellos amigos y familiares que ya nos han dejado.

11 respuestas to “Día de difuntos”

  1. Sí señor, la de Tim Burton es una visión muy alegre de la muerte, al igual que hizo con Bitelchus. Aunque a primera vista la imagen que puede tener uno de Burton es un tanto tenebrista, realmente en casi todas sus películas hay como mínimo una chispa de alegría y esperanza que hacen a los personajes seguir adelante.

    Un director único, sin duda.

  2. sí señor, si el problema no es la colonización cultural que nos viene de norteamérica (esta ya es inevitable, nuestra sobria tradición acabará extinguiéndose cuando desaparezcan nuestros mayores), sino que al final siempre se enriquecen los mismos: bares y discotecas, me parece repugnante como manipulan al personal, putos tiburones que nos roban el ocio y el dinero, bueno, a mí no….

  3. Desviándome un poco del tema… anoche pensaba una vez más en la muerte y me dio un vuelco al corazón. Es decir, soy de los que cree que una vez que mueres ya no hay nada más. El tema de la reencarnación, paraíso, etc. son conceptos inventados por el hombre para afrontarla mejor y no tenerle miedo. Y ese razonamiento hizo que me cagara en las bragas.

    El ser humano, por naturaleza teme ese momento y por eso se le tiene tanto respeto en la mayoría de los países.

    Ojalá el país de los muertos fuese de esa forma. Ser un esqueleto tiene que chanar. Peliculaza, HOYGAN.

  4. Tim Burton es Dios…

    Por otro parte, creo que ya lo he comentado alguna qu otra vez y en mi blog seguro que también aparece, a mi me gustaría ver la muerte como algo festivo tal y como comenta Lino en esta entrada, creo además que aquí usamos la muerte de forma muy hipócrita.

    Yo también brindo por amigos y familiares que también nos han dejado, seguro que ellos también están hoy de fiesta.

  5. «Me gusta esta manera de celebrar el día de difuntos en México. Sin embrago no me gusta para nada la moda que nos ha llegado desde los Estados Unidos de celebrar en bares y discotecas la noche de Halloween».

    No puedo estar más de acuerdo contigo.

    P.D.: «La novia cadáver» es una bellísima obra maestra, sí señor.

  6. Quiero dejar aquí una pequeña reflexión que el otro día comentaba con un amigo…

    Si hace unos años el tema tabú en nuestra sociedad era el sexo y casi nadie se atrevía a hablar de él, creo que ahora ese tema tabú por excelencia es la muerte.

    Quizá porque nos hemos hecho inmunes al dolor ajeno. Es más, pienso que nos hemos hecho inmunes incluso al dolor propio (que es más grave aún, porque si no sientes ni tu propio dolor, difícilmente sentirás el de al lado).

    Creo que para sentir una verdadera y profunda alegría (cuando es lo que la vida te depara) también hay que sentir dolor cuando así te toque en suerte.

    Uno puede vivir inconscientemente (a veces es una especie de opción intelectual) y así no sufrir mucho (por pura lógica). Pero creo que si así se vive poco o nada disfrutará uno cuando lo que le toque sea la dicha.

    No sé si me explico…

  7. Yo creo que hay que haber pasado dolor, pero no me refiero solo al físico, más bien a ese que te queman las lagrimas al salir, para llegar a apreciar realmente la vida, es como una catarsis. En mi experiencia por el momento he logrado salir del agujero alguna vez en mi vida, de la depresión,o lo que sea, con tiempo y esfuerzo, pero mereció la pena y creo que me ayudó a ser un poco mejor.

  8. Eso es. Me has entendido a la primera. El dolor o el sufrimiento (hablo como tú del emocional, no del físico) le ayuda a uno a ser mejor y a madurar. Creo que el duelo hay que vivirlo en tus propias carnes, sentirlo (cuando se ha de sentir) hasta el tuétano….y no por masoquismo (ni mucho menos), sino ¿para qué? …para hacer como una especie de lavado interior, espiritual (por decirlo de algún modo) que te ayude mejor, más alegre y tranquilamente el resto del camino. Es como una especie de purificación.

    Si el dolor no se vive cuando hay que vivirlo, se enquista y te puede llegar a producir serios trastornos mentales y emocionales en el futuro.

    Todos conocemos gente, por ejemplo, seria, muy seria que nunca se ríe. Te digo yo que esa gente es casi siempre, gente que no ha sufrido mucho en su vida y que (aunque suene un poco raro) no sabe lo que se pierde.

    (Este último párrafo que he escrito es algo contradictorio y quizá necesite de una explicación más profunda, quizá en otro momento…).

    Creo que sufrir en determinados momentos en los que la vida te obliga (por las razones que sean) a estar de duelo, es lo que más adelante te permite llorar de alegría y divertirte de una manera extraordinaria. Es decir, es lo que le permite a uno regenerarse y volver a estar limpio de mente, cuerpo y espíritu.

    Actuando así es como podemos estar hablando ahora mismo de la muerte de una manera tan natural.

    Creo yo…

    De todas formas, qué alegría poder compartir en este, tu blog, todos estos pensamientos…En serio…es como una especie de oasis en medio del desierto.

    Gracias.

  9. El respeto por los seres queridos fallecidos es muy antiguo, lo sabe todo el mundo, fíjate los romanos que tenían un pequeño altar con los bustos de sus antepasados, los veneraban como a dioses. Pero hemos tenido quizás debido a la cultura católica de una educación dramática con respecto de la muerte. Es evidente que se sufre pena cuando se nos van seres queridos, seria inhumano no sufrir, pero he llegado a la conclusión que la muerte esta tan presente como la vida, pero preferimos no pensar en ella para vivir sin agobios durante el día. Pero como es algo a lo que no nos vamos a escapar debería ser natural aceptarla sin más, el final.

  10. Sí, llevas razón.

    Y fíjate en lo curioso del tema religioso. Sí, el catolicismo más recalcitrante nos ha querido hacer ver en la muerte algo realmente negativo, serio, preocupante, dramático….cuando la realidad cristiana en el fondo es o debería ser muy distinta. No es que la muerte física sea un momento de alegría -claro- pero en realidad y según la doctrina cristiana, la muerte es el encuentro con Dios, el verdadero y placentero descanso, que ha de tomarse (en realidad) con alegría.

    En el fondo se supone que para los cristianos, Dios no quiere vernos nunca tristes. Hay también una larga distancia ideológica entre el Antiguo Testamento (drama, oscuridad, represión, fascismo…) y el Nuevo Testamento (Jesucristo, empatía con los más débiles, alegría de compartir y vivir como hermanos, derechos fundamentales de los hombres y muejeres…).

    Y sí, volviendo a lo que escribiste al final; la muerte está (lo queramos o no) tan ligada a nosotros como la vida. Hoy estamos aquí y mañana puede que no. Y eso es (o debería de ser) aceptado con la misma naturalidad y normalidad como el aire que respiramos.

  11. que gran momento filosófico tuvimos el pasado sábado mis amigos y yo con el padre de un amigo nuestro, muy filosófico. Sin darnos cuenta sacamos todos nuestros miedos: a la muerte, a la existencia, y a otro que se está haciendo fuerte, al cambio climático (que lleva al de la muerte). Yo creo que el ser humano se ha hecho tan inmune a todo que ahora tememos más a la muerte que antes cuando estaba al lado de tu casa.
    Tampoco entiendo la visión que la Iglesia nos ha hecho de la muerte ya que es el polo contrario de la misma visión que nos hacen ver del cielo.
    Y sobre todo, no entiendo la visión que tenemos aquí los españoles de la muerte, como algo que ni se puede nombrar. Yo coincido contigo, Linóleo: la muerte hay que tomársela con alegría, como hacen los mexicanos. Y no con tanto respeto. ¿Por qué respetamos a algo que no conocemos? Por el miedo. Pese a la inteligencia del ser humano, es un ser vivo muy condicionado por el miedo. O si no, mirad el terror que nos daba el cara-garbanzo con sus grises.
    Yo creo que hay que honrar a los muertos no con lágrimas y flores, sino con celebraciones a favor suyas, coño, que eso hubieran querido ellos si siguieran vivos.


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